Las cinco grandes ligas europeas invierten más de 4.500
millones de euros en fichajes; el París Saint Germain, el Barcelona y el
Manchester City, los grandes animadores del mercado estival
La crisis, si alguna vez la hubo, es historia para los
grandes equipos de fútbol del continente europeo. Las cinco grandes ligas -las
primeras divisiones de España, Francia, Italia, Inglaterra y Alemania- pusieron
fin el pasado viernes a una auténtica orgía de fichajes con más de un millar de
operaciones cuyo valor total de mercado supera los 4.500 millones de euros.En
este histórico mercado se han firmado tres de los diez fichajes más caros de la
historia. Y pudieron ser cuatro si la operación que desembocó con la llegada de
Killian Mbappé al París Saint Germain, valorada en 180 millones de euros, no se
hubiese fijado en materia de pagos para dentro de un año debido a los
equilibrios financieros que la entidad parisina ha de efectuar para cumplir con
las normas de equilibrio financiero marcadas por la FIFA.
La operación Mbappé pone punto y final a un verano de locura
en el que el PSG ha dado un golpe en la mesa con la fuerza de los euros
cataríes para conseguir colarse entre las potencias hegemónicas del fútbol
continental y dar lustre a una de las inversiones estratégicas de este pequeño
país asiático.A París, además de Mbappé, llegó el brasileño Neymar, procedente
del Barcelona, que tiene el honor de ser el futbolista más caro del mundo en
estos momentos. El PSG abonó sin pestañear su cláusula de rescisión, 222
millones de euros, más los correspondientes impuestos, para trasladarlo de
Castelldefels a orillas del Sena. Esa cifra supone más de cien millones más que
la anterior plusmarca, la del francés Paul Pogba, por el que el Manchester
United, que presume de ser el equipo más rico del mundo, pagó 120 millones de
euros.
Pogba también se queda por debajo de otra de las operaciones
estrella del verano. Su compatriota Ousmané Dembelé tiene a sus espaldas la
responsabilidad de ser el segundo jugador más caro de la historia del fútbol
mundial, ya que el Barcelona pagó por sus servicios 105 millones de euros
fijos, más 45 en cláusulas en función del rendimiento, que son muy asequibles
para su cumplimiento.Y Dembelé estuvo a punto de verse superado incluso por el
brasileño Philippe Coutinho, al que el Liverpool impidió salir de Anfield Road,
a pesar de que el Barça llegó a ofertar 160 millones de euros para convertirse
en el heredero de Neymar júnior en el Camp Nou. Para la historia quedarán
también cifras como las de Romelu Lukaku, por el que el Manchester United
desembolsó casi 90 millones de euros, o Álvaro Morata, el capricho del Chelsea
del multimillonario ruso Roman Abramóvich, que destinó casi 65 millones a arrebatárselo
al Real Madrid.
Lejos quedan cifras que parecían inalcanzables, como los 94
millones de Cristiano Ronaldo que marcaban el récord hasta el verano del 2016,
los 90 de Higuaín, el fichaje más caro de la historia de Italia, o los 73 de
Zinedine Zidane, considerado el mejor de su tiempo. Por no hablar de los 72.600
euros que el Madrid pagó por Alfredo Di Stéfano en la década de los 60 o los
360.000 que le costó el legendario Johan Cruyff al Barça en los 70. Sin ninguna
operación en el top de las principales del mercado, el equipo que más ha
gastado tras el PSG ha sido el de otro jeque, el Manchester City, que pertenece
a un holding de los Emiratos Árabes Unidos. Al equipo de Pep Guardiola le falló
la guinda de última hora, el chileno Alexis, al que no consiguieron arrancar de
Londres.
Pese a ese fracaso, los de Guardiola se han dejado en el
mercado de fichajes estival más de 240 millones de euros en cuatro
adquisiciones: los laterales Kyle Walker (55), Bernard Mendy (57,5) y el
exmadridista Danilo (30), el mediocampista luso Bernardo Silva (50), el portero
brasileño del Benfica (40) y un joven brasileño cedido al Girona, Douglas Luiz
(12).Tanto el City como el PSG han sido capaces de eludir el marcaje de los
órganos de control financiero de la FIFA, el llamado fair play, mediante
diversas tretas y amparados en una normativa que les garantiza tres años de
plazo para ajustar sus presupuestos a los costes reales de sus multimillonarias
plantillas.
El City encabeza la locura inversora de la Premier League,
la competición más poderosa del mundo, que ha movido más de la mitad de los
4.500 millones de euros del mercado estival, más del doble, por ejemplo, de los
poco más de mil invertidos en España, desvirtuados por la elevada inversión del
Barcelona tras la pérdida de uno de sus estandartes, y casi el triple de lo
invertido en Italia o Alemania.En el otro lado de la balanza, el equipo que más
se ha frotado las manos es el Mónaco, que, a pesar de ser una empresa más de un
oligarca ruso, Dimitri Ribolovlev, amigo de Abramóvich y cercano al círculo de
poder de Vladimir Putin, se ha hecho literalmente de oro. Aunque cobrará su
principal venta, la de Lillian Mbappé (180 millones) dentro de un año,
Ribolovlev puede presumir de haber facturado ya 160 millones de euros. Y eso
que aún le quedan dos de sus joyas (Lemar y Fabinho) en el escaparate. Pero el
show debe continuar
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