Fue como una inesperada inyección de adrenalina.
Acostumbrado a recibir numerosas ovaciones cuando juega en el Camp Nou,
los aplausos que le tributaron los espectadores que acudieron al Teatro
Tivoli resultaron una inesperada bendición por la situación y por el
lugar.
Tanto cariño, ajeno al habitual terreno de juego,
causó un efecto muy positivo en el delantero argentino, que ya allí
mismo repartió sonrisas y se mostró muy afectuoso con todas las personas
que le dedicaron alguna frase. La reacción del público catalán al verle
actuó como estímulo en estos momentos en los que está de baja
recuperándose de una lesión de rodilla. Su entorno explica que se sintió
muy orgulloso.
Todo recordó un poco a lo sucedido hace más de cinco
años cuando Pep Guardiola presenció en directo un concierto de los
Manel. Aquel día se le pidió de forma pública que renovara. El viernes,
Messi tenía la intención de acudir pronto a ver la obra ‘Escenas de la
vida conyugal’ de su buen amigo Ricardo Darín, pero acabó llegando
tarde, aunque todavía con las luces abiertas. Su presencia cruzando el
pasillo para acceder a su localidad del primer piso no pasó
desapercibida y sujetándose con las muletas fue viendo como la gente le
aplaudía.
Las fotos de su llegada corrieron como la pólvora por las redes
sociales. Iba acompañado de su madre Celia, de su pareja Antonella y de
su hermano Rodrigo. “Genio, genio”, le iban gritando. Messi y Darín se
conocen desde hace tiempo. Son buenos amigos. No es raro verles comer
juntos cuando el actor está en Barcelona