domingo, 29 de septiembre de 2013

En los éxitos del Barça no hay más secreto que darle todos los caprichos al argentino.

No es la primera vez que se habla de los caprichos que se le conceden a Lionel Messi en el Fútbol Club Barcelona. El argentino hace lo que le viene en gana dentro del club catalán, y muchos ya están hartos de estos privilegios del delantero culé. Así, en un libro titulado “El misterio de Messi”, de los franceses Sebastian Fest y Alex Julliard, los cuales destapan una historia hasta la fecha nunca conocida.

Messi ha demostrado una y otra vez que es un futbolista un tanto consentido por la directiva azulgrana. Él dice quién se queda y quién se va, como se juega y como no. Y si algo le incordia en su atmósfera hace lo imposible para que acabe saliendo de su alrededor, como fue el caso de Zlatan Ibrahimovic.
Según desvela el libro “El misterio de Messi”, Guardiola y el argentino tuvieron su primer encontronazo en la campaña 2009/2010. Era el segundo año del de Santpedor al frente del equipo, y se venía de ganar seis títulos. Todo parecía idílico en Can Barça, pero no era así. La llegada del ariete sueco Zlatan Ibrahimovic acabó por enturbiar la relación entre el míster y Leo Messi.
El Barça había pagado 69 millones de euros y enviado a Eto’o a Milán a cambio de Zlatan. El sueco exigió ganar lo mismo que Messi y tener un gran protagonismo en el equipo, lo que acabó minando a Lionel, que una vez vio la adaptación del espigado delantero de origen bosnio, intentó interceder con su míster, pero no cara a cara, sino a través de un simple y triste sms enviado desde un par de filas más atrás del entrenador, en el propio autobús culé: "Puedo ver que ya no soy importante para el equipo, así que...".
Messi se sentía solo, desplazado. Según narra el libro, "La aparición del sueco Zlatan Ibrahimovic, un fichaje en el que Guardiola se había empecinado, había sido una mala noticia para él. Messi lo sabía y comenzaba a hacérselo notar al entrenador". El delantero argentino volvía a agobiarse, creía que perdería su protagonismo, e incluso llegó a pensar en su salida, pero el Barça volvió a conceder su deseos y desplazó al sueco hasta acabar echándole.
Por ello, con el fichaje de Villa se anduvieron con tiento. No querían que la historia se repitiera y le dejaron patente al asturiano que no podría hacer sombra al argentino, de ahí unas clarividentes declaraciones de este a El País: “Mire, yo sé que el día de mañana, cuando salgan imágenes de Leo y yo aparezca cerca, podré decir: ‘Yo jugué con Leo Messi’”. Había que poner tierra de por medio.
 Este episodio deja patente que en el Barça la palabra de Messi es una orden. El argentino hace y deshace.






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DESPUES TE QUIEREN HACER CREER TANTAS COSAS..........

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