No es la primera vez que se habla de los caprichos que se le conceden a
Lionel Messi en el Fútbol Club Barcelona. El argentino hace lo que le
viene en gana dentro del club catalán, y muchos ya están hartos de estos
privilegios del delantero culé. Así, en un libro titulado “El misterio
de Messi”, de los franceses Sebastian Fest y Alex Julliard, los cuales
destapan una historia hasta la fecha nunca conocida.
Messi ha demostrado una y otra vez que es un futbolista un tanto
consentido por la directiva azulgrana. Él dice quién se queda y quién se
va, como se juega y como no. Y si algo le incordia en su atmósfera hace
lo imposible para que acabe saliendo de su alrededor, como fue el caso
de Zlatan Ibrahimovic.
Según desvela el libro “El misterio de Messi”, Guardiola y el
argentino tuvieron su primer encontronazo en la campaña 2009/2010. Era
el segundo año del de Santpedor al frente del equipo, y se venía de
ganar seis títulos. Todo parecía idílico en Can Barça, pero no era así.
La llegada del ariete sueco Zlatan Ibrahimovic acabó por enturbiar la
relación entre el míster y Leo Messi.
El Barça había pagado 69 millones de euros y enviado a Eto’o a Milán a
cambio de Zlatan. El sueco exigió ganar lo mismo que Messi y tener un
gran protagonismo en el equipo, lo que acabó minando a Lionel, que una
vez vio la adaptación del espigado delantero de origen bosnio, intentó
interceder con su míster, pero no cara a cara, sino a través de un
simple y triste sms enviado desde un par de filas más atrás del
entrenador, en el propio autobús culé: "Puedo ver que ya no soy importante para el equipo, así que...".
Messi se sentía solo, desplazado. Según narra el libro, "La
aparición del sueco Zlatan Ibrahimovic, un fichaje en el que Guardiola
se había empecinado, había sido una mala noticia para él. Messi lo sabía
y comenzaba a hacérselo notar al entrenador". El delantero
argentino volvía a agobiarse, creía que perdería su protagonismo, e
incluso llegó a pensar en su salida, pero el Barça volvió a conceder su
deseos y desplazó al sueco hasta acabar echándole.
Por ello, con el fichaje de Villa se anduvieron con tiento. No
querían que la historia se repitiera y le dejaron patente al asturiano
que no podría hacer sombra al argentino, de ahí unas clarividentes
declaraciones de este a El País: “Mire, yo sé que el día de mañana, cuando salgan imágenes de Leo y yo aparezca cerca, podré decir: ‘Yo jugué con Leo Messi’”. Había que poner tierra de por medio.
Este episodio deja patente que en el Barça la palabra de Messi es una orden. El argentino hace y deshace.
-----------------------------------
DESPUES TE QUIEREN HACER CREER TANTAS COSAS..........
No hay comentarios:
Publicar un comentario