El director técnico
Jorge Solari no permitió que un chico con discapacidad pudiera presenciar un
partido de sexta división en el que juega su hermano, Agustín Gigli. Sucedió el
último sábado, en el predio que Renato cesarini tiene en General lagos, donde
hizo las veces de local ante Rosario Central, por la Liga Rosarina.
Según las versiones,
la mamá y Nicolás (24 años), hermano de Agustín, que juega en la sexta de
Central, llegaron al predio y como en cada partido que juega el hermano, las
autoridades canallas gestionaron el ingreso al predio de la camioneta que lo
transporta -que fue gentilmente facilitado por personal de portería del predio
de Renato- y cuyo asiento delantero está especialmente acondicionado para
Nicolás.
Luego de unos minutos
apareció el indio Solari en su vehículo particular y de mala manera según las
versiones hizo retirar la camioneta del lugar, argumentando que ahí estaba
prohibido estacionar por una cuestión de seguridad.
Heldo Milatich, un
colaborador de Central que estaba presente en ese momento y que fue quien contó
públicamente lo que había sucedido, trazó incluso un paralelo con lo que sucede
cuando les toca jugar el clásico con Newell's a modo de ejemplo. "Los
clásicos de inferiores entre Central y Newell's se juegan sin público, pero las
autoridades de Newell's en una muy acertada decisión, dejaron ingresar la
camioneta y el chico pudo ver el partido desde un lugar muy cómodo, porque
primó el sentido común antes que cualquier reglamentación. "s un chico que
hace muchos kilómetros para ver jugar a su hermano".
Si bien nadie confirmó
la versión, cuando le preguntaron a Solari si él había agredido verbalmente a
la madre, al decirle que "si tenés un hijo discapacitado,
aguántatela", el Indio lo negó enfáticamente. "Si después de 73 años
que tengo yo hubiera dicho eso, estamos mal, no es mi manera de sentir ni de
actuar de ninguna manera", se defendió el DT, quien argumentó que en su
club, Renato Cesarini, "todos los chicos son bienvenidos".
El encargado de contar
el incidente en LT 3, fue Heldo Milatich, colaborador de Central en las
inferiores. "Estábamos viendo el partido de sexta, donde juega Agustín
Gigli, que al igual que su familia es de Coronel Arnold. La madre lo trae
siempre en la camioneta, que en la parte delantera está acondicionada para que
su hermano Nicolás, con una discapcidad compleja, lo acompañe en todas las
canchas en las que vamos. Nosotros hablamos y muy gentilmente en todos lados lo
dejan que se acerque al alambrado para que pueda ver a su hermano jugar",
relató el colaborador canalla.
"El sábado
sucedió lo mismo -prosiguió con el relato-, la gente de portería muy
amablemente nos otorga el permiso y nos deja ir detrás de uno de los arcos
hasta que aparece este señor (Jorge Solari), con epitetos pocos felices y
retira a la señora y a la camioneta".
Consultado sobre que
cosas había dicho, sentenció que "es irreproducible. Si hay un reglamento
me parece bien respetarlo, pero ante algunas cuestiones humanas hay que
tenerlas en cuenta. El agrede a la señora, le dice que no puede estar ahí, la
señora le explica que tiene un hijo discapacitado, y él le dice una palabra un
poco feliz ante este chiquito y se suscitó un inconveniente bastante grande.
Los padres hacían cola para agredirlo, nosotros como institución tratamos de
preservar la calma, costó demasiado d
desde lo personal,
porque daba más ganas de agredirlo que de protegerlo. Vivimos un muy mal
momento".
Respecto de si alguna
vez le había visto una actitud similar a Solari, Milatich comentó: "No
sé..., fue muy poco feliz lo que hizo, se defendió argumentando de que no puede
dejar pasar automóviles ahí por una cuestión de peligro. Pero más que esa
excusa era mejor acercarse, elevar una disculpa, que era lo mejor que podría
haber hecho en ese momento, puesto que el daño ya estaba hecho".
El partido terminó 2-1
con gol de Agustín, pero ni su hermano Nicolás ni su mamá pudieron gritar el
gol ni festejar la victoria porque ya no estaban. "El chico estaba
contento por la victoria y por el gol, pero cuando se enteró de todo lo que
había pasado le agarró un ataque de nervios y lo tuvimos que calmar en el
vestuario".
Por su parte, el Indio
Solari aceptó lo sucedido y argumentó que dentro del predio no se permiten los
vehículos por un problema de seguridad, puesto que "hay muchos chicos
jugando, y la otra vez atropellaron a un chico. Es por eso que se prohibió el
ingreso de autos".
Posteriormente explicó
que "hablé con la mujer y le dijimos que tenía que sacar el auto. El
problema es que estaba el chiquito adentro del auto y lo sentimos, la verdad es
que lo sentimos mucho. Si acá todos los chicos son bienvenidos, por algo tenemos
y dejamos entrar a los chicos del orfanatao, los chicos down, el lema nuestro
es proteger el futuro".
Enseguida comentó que
"después fui a hablar con (el técnico de Central Oscar) Craiyacich para
decirle que entrara la señora, pero no sé si se había ido o se quedó del lado
de afuera, pero se ve que se sintió mortificada y con razón, que me perdone en
ningún momento existe en nuestra mentalidad que algún chico se quede afuera en
ninguna circunstancia. Y más en esta situación, en casos de estos chicos que
tienen esos problemitas, que para nosotros no son problemas, son bienvenidos y
están dentro de la cancha".
Por último y al ser
consultado sobre si le habría dicho a la mujer que "si tenés un hijo
discapacitado aguantátela", lo descartó de plano: "Si después de 73
años, que son los que tengo yo, hubiera dicho eso estamos mal. No es mi manera
de sentir ni de actuar".
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