Adiós al
padre del Barça moderno
Decir Johan
Cruyff es decir Barça moderno, ganador y espectacular. Decir Johan Cruyff es
recordar una serie de palabras y expresiones mágicas. A quién no le suena el
“salir y disfrutar”, el “rondo”, las “vacas sagradas” o “en un momento dado”.
Para los barcelonistas Cruyff representa el inicio de un ciclo triunfal, sobre
todo cuando puso al Barcelona en la vía del juego único e intransferible en su
faceta de entrenador. Incluso los que le han criticado o los que no han estado
de acuerdo con él lo han considerado un oráculo. Porque Johan era puro fútbol,
instinto, rapidez mental, imaginación. Un precursor con sus cambios de ritmo
por la banda, con sus desmarques al espacio o sus goles como líder de la
Naranja Mecánica de los 70 y un líder nato cuando desde el banquillo puso en
práctica la teoría de los números. El 4 era Guardiola, el 6 Bakero, el 11 Txiki
o el 8 Eusebio. Ya entonces, a principios de los 90, el Barcelona jugaba con
falso nueve gracias a Cruyff.
Siempre se
expresaba con errores en todos los idiomas que hablaba, incluso en holandés,
pero el lenguaje del fútbol lo dominaba como nadie. Hijo futbolístico de los
dictados tácticos de Rinus Michels, Johan fue un personaje mítico, un defensor
de los intereses de sus compañeros y después de sus jugadores. Era genial en
sus decisiones aunque no siempre salieran bien. Pero sus aciertos superaron con
creces a los errores. Confío en Milla, en Guardiola, en Ferrer, en Sergi, en
Amor. Puso de moda de nuevo la cantera del Barça y colocó a un club mucho más
perdedor que ganador en la senda de una victoria por la que todavía transita.
Pero es que
además en la distancia corta Johan era un hombre magnético, que atrapaba y
seducía. Si estaba Cruyff había que acudir a escucharle porque nunca se
escondía, porque siempre daba la cara, porque nunca dejaba indiferente. Hizo
amigos, muchos, y otros los perdió por aquellas vicisitudes y discusiones de la
vida, pero nadie puede discutir su importancia, su sabiduría. Era un placer
acudir al campo de La Masia a presenciar los entrenamientos del Dream Team.
Siempre con el balón como referente, como amigo y como amante. El balón hoy
llora porque ha perdido a uno de sus padres. Descanse en paz.
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El legado de
Cruyff, con un mensaje directo, a veces, obvio, y lleno, en todo momento de
sentido común, cambió el fútbol. Fue un revolucionario y no solo en el plano
táctico sino que devolvió también el componente lúdico al deporte, rescatando
el viaje a la infancia de todo jugador. Al futbolista le llegó Cruyff con
palabra directas y sencillas. En 14 frases, queda el mensaje del 14.
1.- "Es
más valioso tener un estilo que ganar un título"
2.- “El
fútbol siempre tiene que ser algo divertido”
3.- “La cruz
de los equipos grandes es que cuando empieza el partido con 0-0 has perdido dos
puntos y tienes que ir a buscarlos”
4.- “La
solución que parece más fácil es la más difícil”
5.- “El
dinero tiene que estar en el campo, no en el banco”
6.- “Si tú
tienes la pelota, el rival no te pueden marcar”
7.-
"Los italianos no te ganan, pero tú sí que puedes perder contra
ellos"
8.-
"Represento una época que dejó claro que el fútbol bonito es divertido y
que, además, con él se conquistan triunfos"
9.- “Al
fútbol se juega con la cabeza"
10.-
"Tienes que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, ni
demasiado pronto ni demasiado tarde."
11.-
"Mis delanteros solo deben correr 15 metros, a no ser que sean estúpidos o
estén durmiendo"
12.- “Si un
rival se desmarca bien, la solución es que no le marque nadie: así no se
desmarcará”
13.-
"Toda desventaja tiene su ventaja"
y 14.- “En el mundo de los ciegos, el tuerto es
el rey, pero sigue siendo el tuert-------------
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