Tras su breve aventura en la Fórmula 1, donde corrió entre
2000 y 2004, Jaguar regresa a la alta La firma británica entra en la Fórmula E
con una nueva identidad visual
competición. La firma británica apuesta por la Fórmula E, el
torneo reservado para monoplazas 100% eléctricos. Y lo hace con una imagen
renovada: el tradicional y distintivo verde aceituna da paso a un verde más
cercano al turquesa, casi azul. El gris oscuro metalizado se convierte en la
tonalidad de apoyo de la nueva identidad de la marca de coches de lujo.
“Hemos basado el desarrollo visual del bólido en la idea de
velocidad y de la electricidad como fuente de energía”, explica David Cano,
director creativo de la consultora Brand Union. “El tono azulado sugiere
energía limpia, y el contraste con el gris logra dar una sensación de
dinamismo, de velocidad”, añade. La compañía, perteneciente al grupo WPP, ha
trabajado junto a Jaguar Land Rover durante tres años en el proyecto.
El resultado se aleja mucho de cómo suelen lucir los coches
de la firma. Los monoplazas que compitieron en F1, por ejemplo, eran de color
verde en la parte superior y blanco en la inferior. “La combinación del verde
azulado con el gris oscuro recuerda a un chip. Creemos que aporta un contraste
adecuado. Genera una silueta muy elegante”, abunda Cano.
Ha influido también en el cambio de imagen el hecho de que
el público al que le interesa esta competición sea distinto al de la F1. “Son
más jóvenes, tienen entre 20 y 40 años, por lo que rebajan en una década la
franja media de los seguidores de Ferrari o Mercedes. Y además de la velocidad
también les interesa la movilidad sostenible”, describe. Por eso se ha optado
por un diseño impactante, renovado.
Poco tiene que ver la apariencia del nuevo bólido de Jaguar
con la línea que sigue la marca en los coches que comercializa, si bien es
cierto que el tradicional verde oliva ha ido perdiendo peso. Blanco, negro,
gris, rojo o azul han ido ganando presencia en las calles.
Hay quien ve en la Fórmula E el futuro de la alta
competición. Creado en 2012 por Alejandro Agag, el yerno de José María Aznar,
el objetivo del torneo es servir como laboratorio de investigación y contribuir
al desarrollo de vehículos eléctricos para promover y acelerar su popularidad.
Las marcas que compiten en él buscan aplicar sus avances tecnológicos a los
coches que venden, pero también asociar su marca a las energías limpias.
Renault o McLaren son otras de las escuderías conocidas presentes en el
circuito.
La Fórmula E tiene mucha menos visibilidad que
la F1, pero crece a buen ritmo. El hecho de que las pruebas sean urbanas,
disputándose en ciudades como Londres, París, Berlín, Nueva York o Hong Kong,
contribuye también a que el impacto de las carreras sea mayor. Todos los coches
tienen el mismo chasis y unidad de batería, por lo que las carreras son más
igualadas. La capacidad de suministrar potencia, el rendimiento y la habilidad
del piloto marcan las diferencia
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