Muerte súbita en el fútbol
A 30 años del adiós a Oscar Trossero
Oscar Víctor Trossero falleció el 12 de octubre de 1983 en
el vestuario visitante del estadio de Central luego de disputar un encuentro
para River frente al equipo local. Muchas versiones se dijeron y más mitos
continúan acerca de la muerte del ex futbolista millonario.
Trossero nació el 15 de septiembre de 1953 en Gödeken, una
ciudad santafesina, a 170 kilómetros de Rosario, y dio sus primeros pasos en
una cancha de fútbol en el Club Deportivo Gödeken. Temible delantero, debutó en
Boca en 1972 y también jugó en Racing y Unión de Santa Fe. En 1978 fue
transferido al Nantes de Francia donde ganó un campeonato y la copa de ese
país. Después de pasar por el AS Monaco y el Montpellier franceses, retornó en
1982 a la Argentina para jugar en River.
Corría la tercera fecha del campeonato de Primera División
de 1983, en el que River terminaría anteúltimo por primera vez en su historia,
y el equipo debía enfrentar a Rosario Central en el estadio santafesino Doctor
Lisandro de la Torre (actual Gigante de Arroyito). Delantero titular en ese
equipo Trossero salió a jugar el partido sin ningún inconveniente según las
palabras de sus compañeros y de los propios familiares que estuvieron en el
lugar.
Finalizado el partido miró a sus familiares en la platea,
que oriundos de Gödeken iban a verlo cada vez que iba a jugar a Rosario, les
hizo un saludo con la mano desde el campo de juego y se fue al vestuario en
donde los encontraría después de cambiarse para charlar antes de retornar hacia
Buenos Aires con el plantel.
Una vez en el vestuario Trossero -como de costumbre estaba
enojado por la derrota 1-2- habló con Roberto Paladino, médico del plantel y se
fue a duchar. El agua fría le cayó en la nuca cuando se apoyó en la pared de
las duchas y comenzó a desplomarse.
Carlos Tapia, uno de los delanteros del equipo, estaba
próximo a él y atinó a agarrarlo antes de que cayera al piso. Rápidamente los
médicos del plantel, Paladino y Luis Seveso –padre- acudieron al inminente
fallecido Trossero y al tiempo el médico de Rosario Central, José Luís Aparicio
se hizo presente mientras los futbolistas llamaban a la ambulancia.
Trossero presentó palidez generalizada, dilatación de las
pupilas y no contaba con pulso, tonos cardíacos ni reflejos oculares, según lo
informó el parte médico del hospital al que fue trasladado minutos después.
Paladino, quien fue médico de River entre 1979 y 1988,
contó: “Fue un momento de desesperación. El último hombre con el que habló fue
conmigo. El partido acababa de terminar y estaba en el espejo afeitándome cuando
se me acerca Trossero y me dice ‘cacho-como lo apodaban.- me duele acá’ y me
señala el pecho, pero era un dolor tranquilo del partido, y le digo bueno ahora
te veo y se va a bañar…. El agua le tocó la nuca y cayó desplomado. Enseguida
fuimos con (Luis) Seveso y le hicimos respiración artificial, reanimación
cardiorrespiratoria y llamamos a la ambulancia que vino en 3 minutos”.
La voz con cierto tono de felicidad de Ana María Trossero,
hermana de Oscar -quizás por notar que todavía recuerdan a su hermano- atiende
el teléfono pero ante la pregunta la entonación cambia rápidamente por la
desesperación que le recuerda aquella tan poco deseada situación: “Fue terrible
ese momento. Muy angustiante”.
“Nosotros (ella, sus hermanos y su mamá) lo fuimos a ver
jugar y al final del partido íbamos al vestuario cuando notamos que había gente
que iba y venía corriendo pero no le dimos importancia. Llegamos ahí y
estábamos esperando cuando de repente llegó (Américo) Gallego (volante titular
de ese equipo) y nos dice para tranquilizarnos que mi hermano estaba
descompuesto y que lo llevaban a un hospital (PAMI II). Nos asustamos mucho y
mientras íbamos en el auto escuchamos en la radio a un periodista deportivo decir
que Oscar Víctor Trossero había fallecido…”.
La ambulancia llegó rápidamente al hospital PAMI II, que se
encuentra a cinco cuadras del estadio Canalla, pero Trossero ya estaba muerto.
Los dos planteles, el árbitro del encuentro y hasta José María Muñoz, quien lo
relató, estuvieron presentes en un hospital en donde reinaba el llanto
aguardando la salida de Paladino y Seveso que confirmaron la muerte y firmaron
el acta de defunción.
Si bien no hubo autopsia porque su esposa, Stella Maris
Dederita quería “dejarlo tranquilo”, como confirmó su hermana derribando otro
mito -indicaba que eran Testigos de Jehová o devotos de otras creencias que
imposibilitaban la autopsia-, los dos motivos más probables de la muerte súbita
de Oscar Trossero, según el propio Paladino, fueron aneurisma cerebral y
fibrilación ventricular. La primera es la dilatación en una arteria del cerebro
que puede no presentar síntomas y solo se detecta con una arteriografía-estudio
que refleja el interior de las arterias- y el segundo caso tiene que ver con
que el corazón no bombea sangre y por lo general no presenta antecedentes
previos. En este último “si hubiera habido un desfibrilador ventricular se
habría salvado” explicó Paladino. Actualmente solo en algunos estadios hay
desfibriladores.
Si bien el mito dice que fue el diario Clarín la realidad
muestra que fue el corresponsal en Rosario del diario La Época, Rubén Pron,
quién tituló en su nota de la edición del 13 de octubre del mismo año “sospecha
de doping en la muerte de Trossero” y luego continuó: “Trossero murió de un
infarto por arritmia al corazón por el uso de estimulantes”. Ignorando que la
fecha anterior, frente a Racing, el mismo jugador había dado negativo en el
control antidoping que le hicieron. Esto generó un repudio muy grande del
ámbito futbolístico y El Gráfico tituló en la primera página días después: “Así
se mancha una tristeza”.
El cuerpo fue llevado a Buenos Aires para ser velado en la
cancha de River, por propio deseo de Trossero tal como lo confesó su esposa
según una carta del jugador en la que expresaba su intención. A su velatorio
acudieron, entre otras personalidades del fútbol, el plantel de River y parte
del de Boca. Al otro día el cuerpo fue llevado hacia Gödeken donde se realizó
una caravana desde el Club Deportivo Gödeken hasta el cementerio local en la
que participaron aproximadamente 3000 personas entre los que se destacaron los
futbolistas de River Alberto Bica, Enzo Bulleri y Gallego según contaron los
diarios de la época.
Además de las repercusiones en los medios audiovisuales, los
diarios franceses “France Soir” y “Le Equipe” publicaron en primera plana la
muerte de quién marcó 48 goles en 111 partidos en el fútbol de ese país.
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Con los años, Stella Dederita – viuda a cargo de sus cuatro
hijos – inició acciones legales a River Plate y a la Asociación del Fútbol
Argentino. A mediados de 1988 salió el fallo en primera instancia por el cual,
River debió pagarle 30.000 dólares. El fallo fue apelado. La causa cerró en
1992. Había pasado casi una década de la muerte de Oscar Trossero.
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