Inocencio Alonso García tenía 51 años y era de Ermua. Según
el parte médico, ingresó con una parada cardiorrespiratoria y no presentaba
«ningún tipo de traumatismo». Los enfrentamientos entre las aficiones del
Athletic y el Spartak se han producido a la llegada de la afición rusa al
estadio, cuando uno de sus seguidores ha arrojado una botella a la hinchada
rojiblanca
Tragedia en Bilbao. Un ertzaina ha fallecido tras los
altercados previos al partido entre el Athletic y el Spartak. Inocencio Alonso
García, de 51 años y perteneciente a la 9º promoción, fue trasladado de
urgencia al hospital de Basurto, donde ingresó con una parada
cardiorrespiratoria. Tras una hora intentando reanimarle, finalmente murió.
Según el parte médico hecho público por el hospital de Basurto, el agente, no
presentaba «ningún tipo de traumatismo».
Los incidentes se produjeron a la llegada de los aficionados
rusos a San Mamés. En ese instante, uno de los seguidores arrojó un vaso a la
zona donde se hallaban los aficionados del Athletic. A partir de ese momento se
sucedieron las cargas de la Ertzaintza. El agente quedó tendido en el suelo con
el escudo en una mano. Sus compañeros en seguida le rodearon con dos furgonetas
para protegerle de la batalla campal que continuaba a su alrededor. Volaban las
bengalas. Mientras tanto, otro agente le sujetaba las piernas y una mujer
-quizás una aficionada con conocimientos médicos o una agente de paisano- le
atendía. La ambulancia tardó varios
minutos en llegar. Finalmente nada se pudo
hacer por su vida.
Bilbao temía la llegada de los seguidores radicales del
equipo ruso. Su fama les precedía. Son numerosos los incidentes protagonizados
en los últimos meses. Ya participaron en la batalla campal de Marsella durante
la Eurocopa de 2016 y esta misma temporada han mostrado su violencia en
Eslovenia, Sevilla y este mismo lunes, en Vitoria. En esta tesitura, se preparó
un dispositivo como no se conocía en Bilbao. 500 ertzainas movilizados más 100
policías municipales y 200 agentes de seguridad privada. Se aconsejó a los
hosteleros recoger las terrazas ante los posibles incidentes. Nada de vasos de
cristal. Incluso los alumnos del colegio Pureza de María, situado en las
cercanías de San Mamés, no iba a acudir a clase.
Los aficionados rusos debían congregarse a las 18.30 horas
en la Plaza Moyua. Apenas se congregaron doscientos. Entonces nada hacía prever
lo que ocurriría después. Solo la presencia de miembros de Herri Norte hacía
temer incidentes. Se les incautó porras extensibles, barras de hierro y puños
americanos. Se cambió la ubicación de una manifestación que había sido
convocada precisamente en ese mismo punto. El camino hacia el estadio de
arrancó a las 19.25 horas. Otros muchos aficionados del Spartak acudieron por
su cuenta.
Llegaron a San Mamés veinte minutos después. Eran las 19.45
horas. Fue entonces cuando todo estalló. Un hincha del equipo ruso arrojó un
vaso contra la afición rojiblanca congregada en la explanada del estadio a la
espera de acceder al interior. La Ertzaintza realizó varias cargas. Las
carreras y golpes se sucedieron. Y en ese marasmo, ocurrió la desgracia.
Inocencio perdió la vida.
diario el correo de bilbao
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