La futura sede, en entredicho por un sobrecoste de 500
millones y el debate sobre el uso de las instalaciones
Quedan más de seis años para que se celebren los Juegos de
París 2024, pero la cita olímpica ya ha sufrido unas cuantas sacudidas. El
costo del evento será superior al que se dijo inicialmente y algunos informes
alertan del riesgo de que las instalaciones queden obsoletas y no formen parte
de un legado olímpico positivo. Todo ello ha hecho que en algunos entornos
franceses haya comenzado el debate sobre si vale la pena organizar unos Juegos.
Y, más concretamente, si sale a cuenta hacer inversiones millonarias para ser
el centro del mundo durante sólo 17 días.
El último revés llegó la semana pasada a raíz de un informe
que alertaba del riesgo de un sobrecoste de 500 millones sobre el presupuesto
inicial. Un dinero que se deberán sumar los 6.800 millones programados
inicialmente, salvo que los organizadores encuentren la manera de remediarlo.
Según el informe, encargado por el gobierno francés, esta
desviación en el presupuesto se debe principalmente a que se "infravalorar
gastos". Por ejemplo, en el caso de la piscina olímpica, que debía costar
108 millones, el gasto final oscilará entre los 160 y los 170 millones.
No es el único escollo, ya que el gobierno francés también
ha detectado riesgos "de carácter técnico" por "la naturaleza de
algunos terrenos". Y, más allá de si las instalaciones serán útiles
después de los Juegos o si son suficientemente accesibles para los deportistas
y espectadores, alerta de que los plazos de ejecución de la Villa Olímpica y
Paralímpica son "muy justos" y deberían revisarse por no hacer
salado.
Minimizar el sobrecoste
De hecho, los expertos ya proponen cambiar algunas sedes
olímpicas y hacer una "reforma urgente" de la gestión de las
instalaciones. Con estos cambios, creen, se podrían cumplir los plazos sin
tener que sufrir y, además, se reduciría el sobrecoste: coinciden en que los
Juegos costarían más de lo previsto, pero 'sólo' unos 200 millones de euros, y
no los 500 que calculan ahora mismo. Estas propuestas, según aseguraron fuentes
del gobierno francés, se trabajarán en las próximas semanas antes de entregar
en junio el proyecto definitivo al Comité Olímpico Internacional.
Por su parte, el gobierno ha reaccionado a las grietas del
proyecto y, consciente de que esto puede tener un coste a nivel de popularidad,
hace fuerza para que el coste final se ajuste al presupuesto. Y, en el caso de
superarlo, que se busquen fórmulas para que el sobrecoste no haya que pagar con
dinero público, ya que, según el presidente Emmanuel Macron, los franceses
"no entenderían" que se destinaran más de los 1.500 millones
previstos (una quinta parte del coste) del erario público.
Una nueva polémica
París fue confirmada como sede de los Juegos en septiembre
del 2017, después de que llegaran a un acuerdo con la ciudad estadounidense de
Los Ángeles, que organizará los Juegos cuatro años después, en 2028.
Ya aquella elección levantó ampollas, por el gasto de 1,5
millones de euros de la delegación parisina en Lima -donde se hizo la reunión
del COI-, según desveló el portal web Mediapart . El caso es que aquel viaje lo
hicieron unas 300 personas, cuando en realidad sólo 60 podían ser acreditadas
para la ceremonia. Los otros, entre los que se encontraba el ex secretario de
estado para el Deporte Thierry Braillard, vieron la ceremonia por la televisión
desde su hotel en la capital del Perú.
Poco después de que saliera a la luz esta información, los
responsables de la delegación de París 2024 justificaron que el coste de 1,5
millones incluía actos promocionales y que los miembros que no estaban
acreditados por el COI se pagaron el viaje de su bolsillo.
desconfianza generalizada
Las sospechas sobre los costes de París 2.024 no son
exclusivas de la candidatura francesa. De hecho, hay una desconfianza
generalizada en torno a los Juegos Olímpicos, alimentada especialmente con las
sospechas sobre una supuesta compra de votos por parte de la candidatura de Río
de Janeiro para ser elegida para el 2016.
El COI ha visto en los últimos años como ha bajado
notablemente el interés de los países para acoger los Juegos. Por ello, y ante
la posibilidad de dejar la década de 2020 en manos de tres grandes ciudades
(Tokio, ya elegida con antelación, más París y Los Ángeles), aceptó esta jugada
mientras ganaba tiempo para que los Juegos puedan recuperar el prestigio que
pueden haber perdido en los últimos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario