viernes, 27 de octubre de 2017

SOTHEBY'S NUEVA YORK El Ferrari F2001 de Michael Schumacher a subasta por 3,4 millones de euros



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Ferrari F2001, chasis nº 211, con el que el piloto alemán Michael Schumacher ganó el Campeonato del Mundo de 2001

El histórico bólido F2001 con que Michael Schumacher ganó su segundo mundial de F1 con la "scuderia" sale a puja en la venta de arte contemporáneo de Sotheby's Nueva York de noviembre. Es la primera vez que un coche figura en un catálogo entre cuadros de Mark Rothko, Jean-Michel Basquiat o Andy Warhol.
Si quiere ser el propietario de un monoplaza histórico, tendrá la oportunidad de hacerse con uno mítico el próximo 16 de noviembre. Ese día, en Nueva York , sale a subasta el Ferrari F2001, chasis nº 211, con el que el piloto alemán Michael Schumacher (Hürth-Hermülheim, 3 de enero de 1969) se alzó con el primer Campeonato del Mundo de F1 del tercer milenio el 19 de agosto de 2001 en el Gran Premio de Hungría, en el circuito de Budapest. Lo hizo cuatro carreras antes del final de la temporada y fue el cuarto mundial -el segundo con Ferrari- de los siete que consiguió en su carrera deportiva. Para la scuderia italiana, la más antigua y de mayor tradición en el circo de la F1, supuso el decimoprimer título en el Mundial de 
Constructores, de los 16 que acumula hasta ahora 

Se trata, por lo tanto, de un coche mítico. Una pieza histórica y una joya de la tecnología que diseñaron dos de los más destacados expertos de esta competición, el inglés Ross Brawn y el sudafricano Rory Byrne, para una temporada en la que la Scuderia Ferrari estaba dirigida por el francés Jean Todt, actual presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
El monoplaza no pertenece a Ferrari desde hace años. Actualmente es propiedad de un coleccionista privado y su precio podría superar los cuatro millones de dólares (3,4 millones de euros al cambio actual). No ha sido restaurado ni modificado. Tiene el mismo puesto de conducción, cinturón de seguridad, volante y, por supuesto, motor, que utilizó Schumacher hace 16 años. Arranca y funciona. Sin duda, un coche muy especial que requería un trato igualmente especial por parte de RM Sotheby's, la empresa encargada de adjudicarlo al mejor postor.


El bólido no se ofrecerá entre otros Ferrari, Mercedes o Jaguar en Monterrey, Montecarlo o París, en las citas que los coleccionistas de coches clásicos tienen marcadas en sus agendas al hilo de encuentros como el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, el Gran Premio de Mónaco o el salón Rétromobile, respectivamente, sino entre cuadros de Jean-Michel Basquiat, Alberto Burri o Roy Lichtenstein. Será en la Contemporary Art Evening Auction de Sotheby's, uno de los eventos más elitistas -y que más dinero mueve- de Nueva York. Dos veces al año la casa inglesa y su rival, Christie's, sacan las garras y sus mejores lotes en una lucha en la que los récords de cotización de los artistas caen uno tras otro como fruta madura. Una es en primavera y la otra es esta. Y se trata de la primera vez en la historia que un coche se cuela en una subasta de arte.


El Ferrari F2001 tiene tal combinación de diseño, equilibrio y tecnología artesanal que se considera un arte contemporáneo.
Los responsables de la venta lo ven plenamente justificado. Desde que la empresa canadiense especializada en subasta de vehículos clásicos, RM Auctions, fundada en 1991 en Ontario (Canadá), y la británica Sotheby's, centrada fundamentalmente en obras de arte y objetos de coleccionistas con más de 250 años de historia, se asociaron en febrero de 2015, nunca habían abordado una iniciativa como esta. Pero a su juicio, el Ferrari F2001 es "la última obra de arte creada con una finalidad práctica". Una suma de diseño, equilibrio y tecnología artesanal que, como el arte contemporáneo, resulta de una combinación dinámica de materiales, métodos, conceptos. Ambos, artistas y scuderia, desafiaron en su momento las fronteras tradicionales.
Representación definitiva
Para Grégoire Billault, director de Arte Contemporáneo de Sotheby's Nueva York, introducir el vehículo en una subasta con los artistas plásticos más importantes del arte contemporáneo "es perfectamente adecuado porque Ferrari y Schumacher son los nombres más grandes de la competición del motor, con un lugar en el imaginario colectivo sinónimo de los más altos logros en su campo". Ken Ahn, presidente de RM Sotheby's, afirma, por su parte, que "el Ferrari F2001 es uno de los coches de carreras más importantes y valiosos de la historia. La F1 es la cima del automovilismo porque combina los coches más rápidos, más valiosos y técnicamente más avanzados con los mejores pilotos de carreras, y frente al público más numerosos en todo el mundo. Y el Ferrari F2001, chasis 211, es una de las representaciones definitivas del deporte".


El bólido compartirá de esta forma catálogo, y escenario, con importantes obras de arte procedente de colecciones privadas de todo el mundo, de algunos de los más significativos movimientos de la segunda mitad del siglo XX, de la abstracción al minimalismo, el pop art o el arte conceptual: Jackson Pollock, Jasper Johns, Jean-Michel Basquiat, Mark Rothko, Roy Lichtenstein, Alberto Burri, Andy Warhol...

Posiblemente las dos piezas que han despertado más expectación en esta singular subasta son el Ferrari F2001 y Cabra de Jean-Michel Basquiat, una obra de 60x60 en acrílico y oilstick (óleo en barra) realizada entre 1981 y 1982, que ha pertenecido a la colección privada de Yoko Ono durante los últimos 20 años y que podría alcanzar un precio de entre nueve y 12 millones de dólares (entre 7,6 y 10,2 millones de euros). Números que permiten augurar que ambas obras alcancen una cifra récord en sus respectivos campos, en una venta que puede ser la más importante del año.



El presidente de RM Sotheby's destaca, además, que el coche se pone a la venta "en el año en que se celebra el 70 aniversario de Ferrari y en el que Ferrari ha vuelto a ganar el Gran Premio de Mónaco [lo hizo Sebastian Vettel el pasado 28 de mayo] por primera vez desde que Schumacher consiguió la última victoria para la marca del cavallino, en 2001, y justamente con el chasis 211".
Aquel Campeonato de F1 de 2001 permanece en la memoria de los fans de este deporte. En Maranello, sede central de Ferrari en Italia, habían estado siete meses trabajando en el nuevo monoplaza, según explicó Rory Byrne. Los cambios en la normativa para esa temporada exigieron incrementar las dimensiones interiores del habitáculo para dar más espacio al piloto y permitir una extracción más sencilla en caso de accidente, modificar la aerodinámica del alerón delantero y trasero y la estructura del chasis de fibra de carbono para mejorar la seguridad en caso de impacto. Además, Ferrari revisó la suspensión delantera y trasera para mejorar el rendimiento de los neumáticos en carrera. El F2001 contaba con un nuevo motor V10 de tres litros, con más de 800 caballos, cambio semiautomático. "Es el mejor Ferrari que hemos creado nunca", aseguraba Ross Brawn. Los monoplazas de Ferrari arrancaban el campeonato con el número 1 Michael Schumacher y el 2 su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello.
Ficha técnica
Motor. Trasero V10 de 3.0 litros. Potencia. 800 CV a 18.500 rpm. Peso. 600 kg. Medidas. (largo/ancho/alto): 4.460/1.800/1.100 mm. Cambio. Semiautomático y siete velocidades. Chasis. Fibra de carbono. Suspensión. Independiente, activa. Neumáticos. Bridgestone.
Michael Schumacher, Schumi o el Káiser, (Hürth-Hermülheim, Alemania, 3 de enero de 1969) había llegado a Ferrari en 1996 con dos campeonatos del mundo en el bolsillo, pero tuvo que esperar hasta el 2000 para ganar el primero con la escuadra italiana. En esos años trabajó intensamente con el equipo, al que llegó a considerar como su familia. No era raro verlo en Maranello y en la pista de Fiorano muchos días que no tenía entrenamiento. Como vivía en Suiza no le resultaba difícil acercarse, conduciendo su propio coche, hasta esa zona del norte de Italia. Asumió la antigua oficina de Enzo Ferrari, una casita en el centro de la pista de Fiorano, como su base de trabajo. E incluso montó un gimnasio en el piso superior, donde se hizo instalar una máquina especial para fortalecer los músculos del cuello. En el vecino restaurante Montana, a Rossella, la propietaria y cocinera, la consideraba como su mamma y ella a él como su bambino. Podía llegar a cualquier hora que Rossella le preparaba su pasta favorita y le ofrecía sus cariñosos mimos. Schumacher se convirtió casi en un italiano de adopción.


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